... 29/11/2010 - Miércoles 24
Cuchillo
Pues a mí Cuchillo me aburrieron, que queréis que os diga. Toda esa atmósfera de sonido lánguido, esa guitarra interminable y esos coros grabados no me dijeron nada. Me pillaron fría y no fueron capaces ni de calentarme ni de emocionarme lo más mínimo. Ante tal panorama, decido bajar a la sala 2, donde aguardaba Wild Nothing. Gran acierto porque, minutos más tarde, se colgaba el cartel de aforo completo.
Wild Nothing
Uno de los grupos de esta edición que más ganas tenía de ver en directo. Ya alabé en su día su primer trabajo, Gemini pero quedaba por descubrir cómo sonaría en directo. Pues bien, sonaron muy bien. Sus guitarras recuerdan en exceso a The Cure pero, ¿y qué? Sin el sonido del sintetizador aún cobran más protagonismo, y Confirmation y Summer Holiday sonaron preciosas. Concierto de impecable factura a pesar de que Jack Tatum se estuviese quedando sin voz y soltase algún que otro graznido.
Triángulo de Amor Bizarro
Después de un tentempié en forma de bocata de chistorra y de que la chati de uno los de Cuchillo nos tirase al suelo una mediana –se ve que se enteraron de que no me molaron y les hago mala publicidad-, encaramos el último concierto del día. Ay, Triángulo, qué decir de vosotros... A caballo, como siempre, entre Sonic Youth, the Jesus and Mary Chain y My Bloody Valentine, no pude evitar pensar en cómo sonarían las canciones si estuviesen escritas en inglés. Concluí que igual, porque no se les entiende ni una sola palabra. Y el guitarrista y voz, Rodrigo Caamaño... qué mal canta, joder. Su timbre de voz, una mezcla entre Melendi y Dani Martín, tira para atrás. Pero cuando Isa se coloca en el centro del escenario y comienza a recitar: “Todos quieren, quieren que salga de una vez”, pues te da todo un poco igual y te dejas llevar por el bendito ruido. Y por esa tía, tan femenina y tan andrógina a la vez. “Ese ruido raro es un pedal que se ha roto, no importa, tengo ocho más”. Actitud de rockstar, claro que sí, Isa. Tú sí que molas.
Jueves 25
Beach Fossils
Llegué tarde y con la cabeza en otro lado. Había escuchado su disco homónimo un par de veces antes del concierto y me parecieron un grupo más de esta nueva hornada de lo-fi, noise rock, lo-que-sea, procedente del barrio que más moderneo debe acoger por metro cuadrado en la actualidad. Sí, han acertado, hablo de Brooklyn. No me veo capaz de recoger una crítica veraz. Sólo recuerdo que el final punkarra me gustó. Más detalles, de manos de mis compañeros de redacción.
Jaill
De estos si que puedo hablar alto y claro: otro grupo de lo-fi más. Sonaban bien sus guitarras garageras pero su cantante hablaba demasiado. Y al final, acabaron aburriendo al personal.
Viernes 26
Edwyn Collins
El pequeño escenario del Casino de l’Aliança encajaba a la perfección con la estrafalaria banda que acompañaba al escocés. O la banda encajaba perfectamente con el reducido escenario. No lo tengo claro. Lo que sí sé es que Edwyn y su colla ofrecieron un recital exquisito de música pop. Plagado de éxitos en solitario del Collins de los noventa y de clásicos de Orange Juice: Rip it up no pudo sonar mejor. El último y meritorio disco también estuvo muy presente y cuando ya pensábamos que la atmósfera ya no podía ser más emotiva, su hijo saltó al escenario para interpretar In your eyes. Gallina de piel.
Tamaryn
La lección de optimismo y ganas de vivir que impartió Edwyn Collins horas antes estaba demasiado presente como para asimilar sin problemas la atmósfera gótico-siniestra del dúo americano. La escenografia, con proyecciones que cubrían el escenario y el rostro de la cantante, y la guitarra deprimente de su compañero ayudaban en el intento de dejarse llevar por el espectáculo sonoro y visual, pero no logré conectar del todo. Conclusión: buen sonido y correctos en su papel.
Teenage Fanclub
Suenan los primeros acordes de Start Again y servidora ya se vuelve loca. Los veteranos escoceses decidieron hacer las delicias de los fans que sólo hemos podido verlos en directo en contadas ocasiones, regalándonos un set-lits de hits. Porque Teenage Fanclub son hits. Y es una gozada ver los rostros emocionados de la gente en el mismo instante en el que a ti se te eriza la piel con cada una de sus joyas hechas canción. No obstante, hubo voces críticas de insolentes que asemejaron sus letras a las de la Oreja de Van Gogh o de insensatos que debían creer que asistían un concierto de metal en lugar de a un recital de pop de lo más tranquilo.
Conciertos | Discos | Noticias | Entrevistas | Agenda | BiginnerTV